miércoles, 7 de noviembre de 2012

VERÓNICA...


Una noche de Halloween en New York, un grupo de amigas estaba haciendo una fiesta de pijamas. La noche era fría y oscura, estaban solas en la casa; en la calle no había ni un alma debido al frío. Solas, en aquella gran casa... empezaron a contar leyendas a oscuras, Paula, la mayor de todas y Deisy, su mejor amiga, no creían aquella "leyenda", simplemente se les hacía la tonta idea de que era mentira. Cuando todas se durmieron, Paula y Deisy seguían despiertas.
-Bueno... ¿por qué no? -respondió Deisy.
Las dos fueron al baño, apagaron las luces y repitieron nueve veces seguidas "Verónica" pero no pasaba nada. Al cabo de un rato lo intentaron de nuevo y por sorpresa Sara vio como le cambiaba el rostro a Deisy, los ojos se le hacían cada vez tan grandes que ni siquiera podía ver su reflejo. De repente, Sara observó algo extraño al lado de su amiga, como un espíritu que brillaba y entonces el espejo empezó a empañarse. Cuando vio al espíritu acercarse a su amiga, ésta se acercaba a ella sintiendo escalofríos. No pudieron aguantar más y encendieron las luces. Deisy, asustada, se fue a su casa.
Al día siguiente se lo contaron a sus amigas y como es natural, dudaron de ellas, aun así insistieron y las retaron a que hicieran la invocación. Por fin aceptaron. Invocaron a Verónica y apareció de nuevo en el espejo, pero lo peor de todo es que Deisy empezó a gritar echándole la culpa a Sara:
-Ya déjame, no me rasguñes. ¡Ahhh!
Ella pensaba que fue Sara, pero ella no hizo nada. Al salir del baño todas quedaron sorprendidas por lo que habían visto y por los arañazos de la cara de Deisy.
Sara se sentía muy culpable, por su culpa había pasado todo eso...
Dafne Sánchez Betancourt, 2ºB

1 comentario:

  1. la historia esta muy bien te mantiene en suspense constantemente.
    Se la contare a mis amigos en hallowen para meterles miedo.UHUUUH!!!!!

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