
Todos se divertían bebiendo hasta altas horas de la madrugada hasta que se acabo el alcohol y empezaron a divertirse de otras maneras como rompiendo lapidas, flores...
Hasta que un grupo de zombis sacaron palas, pistolas y otras armas y fueron a por los jóvenes. Ellos seguían con la música alta y destruyendo objetos sagrados de la capilla. Los jóvenes intentaron acabar con los zombis pero no lo consiguieron y los zombis fueron los que acabaron cortando las cabezas a los chicos y empezaron a jugar al balón con ellas y, cuando se aburrieron, las vaciaron y fueron a pedir “truco o trato” por las casas y el pánico se mascaba por las calles del pueblo temiendo la peor tragedia que podía pasar que era que acabasen como aquellos jóvenes que solo pretendían divertirse y acabaron muertos.
Cuando empezó a amanecer los zombis empezaron a correr y se metieron en sus respectivas tumbas y los chicos se juntaron sus miembros y volvieron a resucitar como si no hubiese pasado nada. Ninguno del pueblo se acordaba de lo que había pasado aquella noche y todo quedó en el olvido.
Cristina Sancho López, 2ºB
Me gusta(aunque llegue un poco tarde)
ResponderEliminarGracias Ruben, como suelen decir mejor tarde que nunca y perdón por no haberte contestado antes
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