domingo, 24 de febrero de 2013

POEMA DE LA SEMANA: Ayer te besé en los labios de Pedro Salinas


PEDRO SALINAS







Ayer te besé en los labios.
Te besé en los labios. Densos,

rojos. Fue un beso tan corto
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más.
El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada
ya, para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.


Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no
—¿adónde se me ha escapado?—.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.





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PEDRO SALINAS (1892-1951) forma parte de la célebre Generación 27, es el miembro de mayor edad y sirve como guía. En su persona se aúnan la figura del poeta, profesor y crítico literario. Fue profesor universitario en Sevilla, Murcia pero también fuera de España ya que tuvo que exiliarse en 1936, como tantos otros, por ideas políticas. Así trabajó en Cambridge, Boston y también en la Universidad de Puerto Rico, ciudad donde descansan sus restos.

Su vida está marcada por dos mujeres: Margarita Bommatí, que fue su primer amor, su esposa y madre de sus dos hijos, educada a la manera tradicional. Salinas le escribió cada día una carta de amor y ese epistolario fue recogido en Cartas de amor a Margarita (1912–1915) por su hija Soledad Salinas.Y su segundo gran amor, Katherine Whitmore, una hispanista estadounidense y profesora que se considera la inspiradora de sus mejores versos y con la que mantuvo una relación intensa de la que son testimonio casi trescientas cartas que se publicaron con posterioridad.

Para él la literatura era lo más valioso, toda una experiencia vital y una forma de entender el mundo y así lo defendió en numerosos ensayos. Gran perfeccionista, publicó teatro, ensayos y 9 libros de poemas entre los que destaca la trilogía sobre el amor: La voz a ti debida, Razón de amor y Largo Lamento. Muchos de estos poemas se han considerado los más bellos poemas de amor del s.XX. También hará poesía denunciando el horror de la guerra y será un renovador del lenguaje poético al tratar temas de la vida moderna: dedicará poemas al automóvil, a la máquina de escribir...

El estilo de Salinas se caracteriza por tener una gran profundidad conceptual y por darle más importancia al contenido que a la forma ya que suele usar estructuras libres, sin rima, más cercanas a la prosa y al estilo coloquial. Muchos de sus poemas se apoyan simplemente en conceptos, en pronombres, («qué alegría más alta, vivir en los pronombres»): el «yo» del poeta y el «tú» de la amada. Sus poemas están llenos de juegos de palabras, contradicciones y revelaciones.

Es muy importante su concepción del amor que supera el planteamiento platónico, se trata de vivir la experiencia amorosa como una experiencia total y maravillosa que saca lo mejor de cada uno, da sentido al mundo y que es capaz de hacernos ir más allá, de trascender y pasar de lo concreto a lo eterno.





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