lunes, 22 de octubre de 2012

LA FUENTE Y LOS NIÑOS



Cuando yo era pequeño, mi abuelo me contaba cosas del pueblo donde vivía: era un lugar muy tranquilo excepto cuando las agujas del reloj de la iglesia marcaban las doce. Se oían risas y gritos de alegría de los niños que salían del "cole". Las risas no eran por volver a casa, eran por ir al parque que estaba al lado de la escuela.
Os preguntaréis, ¿tanto entusiasmo por un simple parque? La alegría era por la fuente de chorros de agua. Era muy sencilla, no medía de largo ni diez metros pero tenía algo especial. El qué, no lo sé, pero los niños podían estar jugando horas y horas dentro o fuera de la fuente, no se cansaban.
Las madres no se aburrían porque veían a sus hijos sonreír y jugar bajo un arcoíris distinto del que se veía en el resto del mundo.
Los niños nunca se aburrían de esa fuente y no había ningún día que faltasen para disfrutarla.

Luis Gustavo Balderrama Pinto, 2ºA

1 comentario:

  1. Escribes que da gusto .Saves hacer ,incluso, que nos imaginemos a los niños en la fuente.Te juro que mientras leía tu historia la he visto en mi imaginación de principio a fin,los detalles son impresionantes.
    ¡OLE,OLE Y OLE!

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